Querido San Pedro, humilde pescador de Galilea, testigo valiente de la fe en Jesucristo,
apóstol entre los apóstoles, hermano de los pobres y amigo de todos nosotros.
A ti dijimos nuestra oración.

Tú que fuiste elegido por el Señor para guiar y orienta a la comunidad y recibiste la
misión de confirmar en la fe a los discípulos.

Tú que eres símbolo de la unidad eclesial y roca firme sobre el cual edificamos la
Iglesia, atiende nuestras súplicas. Te pedimos que guíes cada día nuestros pasos y
alimentes nuestra esperanza. Ayúdanos en nuestro compromiso como cristianos, danos
valor y fortaleza para vivir con alegría y entusiasmo nuestra fe.

Haz que seamos fieles a Dios Padre y a nuestros hermanos buscando siempre el amor,
la paz, la justicia y la verdad. Acuérdate también de nuestras familias y de todos cuantos
nos rodean.

San Pedro, apóstol Santo, misionero y amigo, acoge nuestra oración bajo la mirada
atenta de la Virgen María e intercede por nosotros ante Jesucristo, nuestro Señor que
vive y reina en la unidad del Padre y del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

AMÉN